MERECIÓ LA PENA ESPERAR A "ENCENDIDO" Y A ROCA REY.

Sucedió en el sexto cuando ya las horas y el tedio parecían pesar en el ánimo del respetable, cuando dábamos por perdida la batalla del universo de una tarde al que habíamos llegado a amar antes de vivirla. Los toros de Cuvillo no habían empujado, no anduvieron. Sacaban nobleza pero no casta, ni garra, ni entrega. Pero el sexto -"Encendido"- encendió su humillación y le ofreció a un decidido torero lo mejor de su bravura. Magnífico toro, extraordinario ejemplar embistiendo, y torero bravo y firme, templado, sin aspavientos, ligando en una loseta, quieto y hondo. Espadazo sublime y dos orejas macizas, cerradas, merecidas.
Había vibrado en algunos tramos la faena del peruano al sobrero tercero, a menos por el izquierdo. Y seguramente el torero hubiera agarrado una oreja si usa la espada como suele hacerlo. Pero la estocada hizo guardia y como la faena tampoco había cuajado del todo, quedó el premio en una ovación. Roca Rey lo puso todo de su parte y lo dio absolutamente todo.
Castella se encontró un lote malo, un presidente que tomaba alguna decisión contraria a sus intereses y una tarde que se le echó encima como se echa una tormenta sobre el espíritu.
Su primero -que debió ser devuelto- se quedó sin fuerzas sobre el albero y el intento de faena del francés se desarrolló entre protestas. El cuarto de la tarde tampoco fue devuelto y resultó ser noble, pero sin gas, sin empujar, sin transmitir.
La faena de Manzanares al segundo del encierro no llegó a reventar. Mejor por el pitón derecho, cumplió el torero, que lo había toreado con solvencia a la verónica. Tardó el animal en doblar después de una estocada recibiendo.
El quinto, sobrero también de Cuvillo, se dejó bastante. No lo sacó Manzanares a los medios y desarrolló una puesta en escena con altibajos. Por el pitón derecho llegaron los mejores momentos. Dio la impresión de que tenían que haber pasado más cosas.




FICHA.
Seis toros de NÚÑEZ DEL CUVILLO, correctos de presentación, astifinos y flojos. Apenas destacó el sexto, que aguantó mejor los tercios y embistió con mucha categoría.


SEBASTIÁN CASTELLA. (Silencio y silencio).
JOSÉ MARÍA MANZANARES. (Ovación tras dos avisos y ovación).
ROCA REY. (Ovación y dos orejas).