Sucedió la noche del 12 de Julio de 2012. La novillada perteneció al hierro de Villamarta y el sevillano Lama de Góngora compartió cartel con Miguel Ángel León y Diego de Llanos. Era la segunda novillada de promoción de aquel verano y Lama cortó un total de tres orejas ante un público que ocupaba en tres cuartas partes el coso del Baratillo.
A las pocas horas se hicieron cargo de su carrera Manuel Tornay y Santi Ellauri. Arrancaba la carrera profesional de un torero que debutó con caballos al año siguiente en Olivenza y que tomó la alternativa en la Real Maestranza la tarde del 18 de abril de 2015 con Enrique Ponce y José María Manzanares en el cartel ante toros de Victoriano del Río.
Lama de Góngora es un torero muy personal, definido en su estilo y corte y de acusada línea torera dentro del clasicismo sevillano. Natural y profundo, se trata de un torero que goza de buen cartel en tierras mexicanas y que este año deberá acabar su temporada con unos quince festejos toreados.
Es un torero querido, respetado, esperado por sus formas y su acusada personalidad, un artista que rinde culto a la magia, a lo sobrenatural y a ese milagro natural del arte sin aspavientos.
Hoy se cumplen siete años de aquella noche mágica en la que el barrio del Arenal lanzó al mundo del arte del toreo a Francisco Lama de Góngora.
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