EL PALCO LE QUITA DE MANERA LAMENTABLE A ERIC OLIVERA UNA OREJA GANADA A LEY

Ocupó el palco en la primera novillada el presidente suplente de la Real Maestranza, que le negó la oreja al novillero Eric Olvera, seguramente el aspirante que ofreció una mayor proyección y ante el novillo más complicado del encierro de La Quinta. Desoyó de manera injusta al publico que ocupaba los tendidos y que pidió el trofeo de manera inequívoca. No cumplió con su obligación y el palco ofreció además una cara de desconocimiento e insensibilidad. No sólo era su obligación reglamentaria la concesión de la oreja, sino que no había lugar al debate habida cuenta de la actuación objetiva de un joven aspirante que hizo todo aquello que podía y debía hacerse. Además de la clase que mostró tener en el manejo del capote, Olivera estuvo muy centrado con este número 76, reservón y escondido tras la mata. Buenas maneras y buen fondo del joven torero que lejos de amilanarse echó toda su leña en un fuego que no quería prender. Muy alto el tono de Olivera en la cara de un novillo desagradecido y complicado. Estocada y petición maciza del respetable que el palco presidencial decidió no atender de manera lamentable. Dos vueltas al ruedo y el reconocimiento del público sevillano llenan las alforjas de un aspirante al que le quitaron injustamente una oreja ganada a ley en la cara de su oponente.
Dejó también buena impresión general Carlos Fernández, que con capote y muleta anduvo sereno y decidido por la plaza delante de un ejemplar de La Quinta de buena condición. Novillo interesante y torero con buen sentido del toreo y con estética de clase y brillo. La faena se vino un poco a menos pero a Fernández le dio tiempo a dejar su artística tarjeta de visita. Buen ejemplar este eral.
José María Trigueros no llegó a entenderse del todo con el novillo número 22. Vimos atisbos de buen corte en la interpretación del toreo de Trigueros y mostró voluntad, pero acusó sin duda la inexperiencia, de manera especial con la espada. No le faltó disposición al espada. El novillo pedía mucho mando y poder.
Álvaro de Chinchón planteó en los medios su encuentro con el tercero de la noche. Humilló y embistió este número 7. Transmitió el de La Quinta hasta que empezó a volverse muy pronto en los muletazos y a bajar menos la cara. El novillero no dejó de intenatrlo en todo momento. Cobró el torero dos volteretas. La estocada le cayó muy trasera.
Manuel Casado salió a por todas pegando largas de rodillas y haciendo que la plaza entrara en calor. De rodillas, en novillero siempre, estuvo toda su actuación con ganas y moral, dando todo lo que tenía dentro. El novillo tenía sus teclas, sus cosas, pero Casado -a lo suyo- intentó por todas las vías agradar al público. Seguramente al pinchar perdió una oreja.
Cerró plaza Víctor Barroso, que se puso delante de un novillo cárdeno muy claro que no paró, correoso y con codicia. La faena no llegó a los tendidos y a pesar de los esfuerzos de Barroso el trasteo no puntuó por arriba. Estocada tras pinchazo. 

FICHA.
Seis erales de LA QUINTA, bien presentados y varios de ellos de juego interesante.
CARLOS FERNÁNDEZ. (Vuelta tras aviso).
JOSÉ MARÍA TRIGUEROS. (Silencio tras aviso).
ÁLVARO DE CHINCHÓN. (Silencio tras aviso).
MANUEL CASADO. (Silencio tras aviso y petición).
ERIC OLIVERA. (Dos vueltas al ruedo tras petición y aviso con bronca al presidente).
VÍCTOR BARROSO. (Silencio).