Puerta del Príncipe a lomos de “Pegaso”
Diego Ventura es el primer rejoneador de la historia
que lidia y mata seis toros en solitario en la Real Maestranza de Sevilla.
Acaba de escribir por tanto una página de oro del toreo moderno. Y lo ha hecho
saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe después de cortar cuatro orejas
–dos del sexto- en total. Variedad, temple, valor, entrega y eficacia fueron
los argumentos principales de un hombre comprometido con la tarde y con la
fiesta.
Fue la faena al primero de la tarde un compendio de
exactitud, acierto y despaciosidad. Ventura arrancó la tarde de su encerrona
recetando una faena cuajada de principio a fin a un toro colaborador y noble.
Todo estaba solucionado para cortar el primer trofeo de la tarde, pero falló el
torero con el rejón de muerte. Cuidaba Ventura a sus primeros enemigos y de
hecho sólo clavó un rejón de castigo también a este segundo. A lomos de
“Ordóñez” y de “Nazarí” se dejó llegar al toro hasta el estribo y de nuevo
facturó un episodio cargado de compromiso con el toreo. Fácil Ventura, que
clavó trasero con el de muerte y tardó en doblar este “Habitador”. Ovacionado
un rejoneador que salió con “Buena Vibra” a parar al tercero desde la misma
puerta del chiquero con la garrocha en la mano. Compromiso solucionado a todo gas y temple de un caballista
extraordinario. Arreones del toro de Bohórquez y Ventura que apuesta por “Oro”
y “Remate” para solucionar la papeleta. Rayó a gran nivel en los pares a dos
manos. Rejonazo solvente y merecido trofeo que abría el cajón de los puntos.
Cambió de chaquetilla en la segunda parte del
festejo un rejoneador que estaba decidido a salir a por todas. Invitó en este
capítulo a Sergio Domínguez y Andrés Romero en el tercio de banderillas. Ambos,
por cierto, rayaron a buen nivel. Con tres rejoneadores montados sobre tres
castaños oscuros en el ruedo de Sevilla, Ventura, sobre “Padilla” apostó por
las cortas al violín. Otro toro que se dejó y rejón final de muerte que
terminaba de sumar para una nueva oreja en la tarde del compromiso.
Bienvenido, “Morante”
Cuando Ventura salió montado a lomos de “Morante”
para comenzar el tercio de banderillas y besó al caballo delante de todo el
público, Sevilla se rindió a las patas de un ejemplar que le ha dado mucha
gloria al rejoneo contemporáneo. Se fue apagando el noble toro de Bohórquez. El
regreso de este caballo a los ruedos vino acompañado de su nivel de siempre,
bocados incluidos al toro. Mató Ventura al segundo intento, motivo por el que
se negó la oreja desde el palco. El público abroncó al presidente.
“Tornillero” era el toro destinado a pasar a la
historia, el sexto de Bohórquez. Desde que Ventura frenó su salida a lomos de
“Buena Vibra”, se vislumbró con nitidez la actuación maciza que estaba a punto
de firmar el torero. Y así fue. Salió con “Pegaso” y volvió loco al respetable
sevillano. El caballo, andando hacia atrás, se dejaba venir al toro al galope
para, en el último instante, salir de la suerte y dejar que su dueño clavara
arriba, en una moneda. Riesgo y torería que hacían crujir los cimientos de la
Maestranza. La actuación de Diego Ventura en este sexto fue completamente
redonda, merecedora de las dos orejas que cortó cuando mató de fulminante y
bien colocado rejón de muerte. La hazaña estaba firmada, al alcance de muy
pocos. Ventura lo ha logrado, ha pasado a la historia y lo ha hecho en la
Maestranza de Sevilla, a lomos de “Pegaso”, un caballo que no nació de la
sangre derramada por Medusa cuando Perseo le cortó la cabeza, que no tiene alas
ni falta que hace…un caballo criado por Diego Ventura que va a pasar a la
historia. Porque lo merece.
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