Ni siquiera la fina lluvia caída durante la celebración de la novillada por la tarde ha podido restarle luces y éxito a una jornada apoteósica en la que la cultura del pueblo andaluz, en este caso en La Puebla del Río, ha vuelto a mostrarse como epicentro de una fiesta. Familias enteras, mayores y pequeños, todos los lugareños y foráneos han disfrutado de un día perfectamente organizado tanto por la autoridad municipal como por el diestro Morante de la Puebla. Negocios locales y hermandades han colaborado también con este evento que, con apenas cinco años de existencia, es todo un reclamo en Sevilla y la provincia el tercer sábado de enero de cada curso.
El encierro por la mañana, con el chupinazo que lanzó el torero Juan José Padilla, y la salida del Patrón San Sebastián se celebraron con éxito. Bandas, charangas, desfiles y mucha participación marcaban el arranque de una jornada que tuvo, después de la comida, la ineludible cita con una novillada para la que no había localidades desde el pasado jueves.
Los novillos de la vacada de Dolores Rufino resultó un éxito por el juego de unos magníficos ejemplares que dieron muchas opciones a los jóvenes novilleros sin picadores.
Abrió plaza Jaime González-Écija que le cortó una oreja a un buen novillo con prontitud. Faena a más y buen tono general de un novillero que además estuvo bien colocado y pendiente de la lidia toda la tarde.
Otra oreja cortó Diego Vázquez, que no encontró siempre el equilibrio de la faena y que no anduvo acertado con la espada.
También un trofeo se llevó Lolillo Soto, de la Escuela Parque Amate. Verde aún pero con un personal concepto del toreo, su actuación no tuvo ligazón pero sí una dosis de duende. Cobró varias volteretas.
Emiliano Ortega mostró aplomo, pellizco, buena colocación y sentido de la lidia. Pensó en la cara de su oponente y le cortó las dos orejas a ley. Sin duda, uno de los nombres a marcar como triunfador.
También Joselito Sánchez dejó patente en el ruedo cigarrero su personal concepto y capacidad creativa. Algo atenazado por la presión de la tarde, dejó ver sin embargo que torea con mucha pureza. Hay que anotar también su nombre. Desorejó a su oponente.
Rejoneo además José Manuel Fernández, que sorprendió por su capacidad para solventar una auténtica papeleta ante un novillo grande y fuerte que no le puso las cosas fáciles. Muy meritoria por muchos motivos la actuación de Fernández en La Puebla.
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