TOROS EN SEVILLA

El blog taurino de Víctor García-Rayo. La pasión por el hábitat natural del toro de lidia. La fiesta, el amor por el animal más hermoso del mundo. Centrado en Sevilla y en su provincia, una ventana taurina que se abre al mundo. Cultura y amor por la tauromaquia.




domingo, 28 de abril de 2019

Y EL TORERO MIRÓ AL CIELO DE LA CIUDAD DE SU PADRE...






Y en aquella mirada al cielo de la ciudad más hermosa del mundo -la de su padre- observó los ojos de un hombre que le estaba pidiendo que triunfara. Se miraron como se miran los hombres...y Rafa desgranó sobre el ruedo de Sevilla la tarde más importante que hasta ahora ha vivido en su profesión. Al menos para quien escribe, ha sido su tarde de más compromiso consigo mismo y con el toro, de mayor búsqueda de la verdad, de mayor templanza, de más entrega y torería. Rafa Serna no podía fallarle al cielo. Y no ha fallado.
Bolívar se encontró primero con un toro afligido de motor pero con un fondo de mucha calidad. Tenía fijeza y quería embestir con buen aire el de La Palmosilla pero sin ligazón...no hierve el agua. La espada cayó baja.
Su segundo toro -qué bueno este número 71- le permitió sin embargo desgranar lo mejor de sí, algo que llegó sólo a rachas. Lo entendió mejor el colombiano cuando le dejó puesta la muleta y le dio su sitio natural para aprovechar las embestidas por abajo. Es verdad que hubo muletazos y momentos muy profundos, pero este "Malquerido" dejó en el piso sevillano arrancadas más que notables. Mató Bolívar recibiendo. Pudo cortar una oreja y la presidenta debió concederla, pero el diestro colombiano, que salió a por todas, también debió exprimir aún con mayor rotundidad la calidad del toro.
Luis David pasó de puntillas en su presentación como matador de toros en Sevilla. Su primer astado tenía temple natural en sus acometidas y hechuras para embestir -alguno saltó al ruedo más basto de estructura pero este no debía fallar- pese a lo cual la faena del mexicano no caló en los tendidos. Quede claro que el número 74 era de esos toros tan profundos, tan de miel y canela, tan de toque suave y toreo del abismo del alma, tan interesante por abajo, que tomarle al pulso a un toro así está al alcance de pocos artistas, y especialmente más complicado cuando el torero se encuentra en plena formación.
El sobrero quinto, de Sampedro, tenía buena intención y no podía desplazarse como quería. No empujó, quedándose corto y obligando a Luis David a utilizar la media altura. Así las cosas se diluyó el trasteo.
Rafa Serna mató por delante un sobrero con más de seiscientos kilos, el que le brindó a su padre alzando su montera a las nubes del dolor más grande. No lo sacó a los medios pero Serna apostó por la serenidad, por el alma, por el temple y la decisión. Le faltó transmitir más a este toro. No anduvo acertado con la espada el torero sevillano que, después de apuntar en este toro, disparó en el sexto.
Acudió y empujó con alegría este número 69, toro al qué toreó también en la zona de rayas. Buen ejemplar y faena de torero centrado, derecho, quieto, comprometido sin aspavientos. Seguramente la tarde de mayor recorrido y temple profesional de su trayectoria. Sonó el pasodoble "Rafa Serna", dedicado a su padre y escrito por Félix de Carboneras, y el torero, que vio cómo el toro empezaba a quedarse corto por el pitón izquierdo, fue resumiendo su tarde con quietud y honradez. Mató como matan los toreros que quieren ser algo y agarró una merecida oreja que paseó entre lágrimas. En el cielo, también las había...


FICHA.
Plaza de toros de Sevilla.
Cinco toros de LA PALMOSILLA, desiguales en general de presentación, con buen fondo y clase pero sin rematar al final. Un toro sobrero de FERNANDO SAMPEDRO.


LUIS BOLÍVAR (SILENCIO Y VUELTA TRAS PETICIÓN).
LUIS DAVID (OVACIÓN Y SILENCIO).
RAFA SERNA. (PALMAS Y OREJA).

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