Festival benéfico en la Maestranza
Con la plaza prácticamente llena de testigos ávidos
de una buena dosis de arte, salió Morante de la Puebla a torear al cinqueño que
abrió plaza. De haber tenido más fuerza el noble ejemplar, Morante le hubiera
cincelado una faena de frotarse los ojos. De hecho apuntó detalles de un
concepto tan personal como inolvidable. Hubo nobleza en el toro, pero faltó
ímpetu. Anotó el torero destellos torerísimos bajo los sones de “Suspiros de
España”.
Julián López “El Juli” desgranó de nuevo en Sevilla
una incuestionable capacidad técnica, una raza fuera de todo límite y una
serenidad asombrosa. Faena de dominio y cuajo a un toro que embistió con más
calidad por el pitón derecho. Se le fue la espada baja en el primer encuentro y
perdió de esa forma el trofeo.
“El Cid” cinceló un buen puñado de naturales al toro
de Victoriano del Río. Fue lo más destacado de un episodio en el que vino a
menos el toro. Mató el torero al tercer intento.
La única oreja entre los matadores de toros la
arrancó Manzanares después de un inicio extraordinario de faena al toro de El
Pilar. Pero en cuanto “Guajiro” sintió que mandaba el torero, decidió cambiar a
peor y dejó de entregarse con aquella alegría que había posibilitado el empaque
único de un diestro tan elegante como capaz. Torerísimo Manzanares que se
empeñó en matar recibiendo. Cuando comprobó que el toro no respondía, ejecutó
un soberbio volapié. Una vez más, José María Manzanares convenció a “su” plaza
de la Maestranza.
No brilló Talavante con el de Cuvillo. Apenas un par
de tandas más destacadas en una faena que no llegó a los tendidos. Capítulo
soso este quinto. En el epílogo del festival el novillero sevillano Lama de
Góngora chocó de bruces con un novillo de Juan Pedro Domecq absolutamente
imposible. Pidió el sobrero y pronto cambiaron las tornas. El animal salió con
bríos y el joven torero lo recibió con largas cambiadas y una pronta entrega
que provocó la evidente conexión con un público que captó con nitidez la
entrega del torero. Faena de emoción con un novillo interesante y exigente.
Buena faena medida y torera, con naturales largos y templados. Oreja muy
merecida para Lama de Góngora en la Real Maestranza.
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