Ayer falleció a la edad de 91 años el
matador Miguel Báez Espuny “Litri”, figura incontestable del toreo y referente
de toda una época con siete puertas grandes de Madrid a sus espaldas. Uno de
los exponentes del toreo de la segunda mitad del siglo XX, “Litri” practicó la
línea del tremendismo, el arrojo en la cara de los toros y se convirtió en uno
de los diestros más importantes de todo el siglo en el mundo.
Formó duelo histórico con Julio Aparicio y
paseó su valentía por numerosos países acaparando valiosos premios y todo el
prestigio de su profesión. Retirado en el campo, ha fallecido finalmente en su
domicilio madrileño.
Era Medalla de las Bellas Artes, Medalla
de Andalucía e hijo predilecto de Huelva.
La saga de los “Litri” arrancó con Manuel Báez Aráuz Mequi (1830-1873), su hijo, Miguel Báez Quintero (1869-1932). Más tarde le
sucedió José Rodríguez Báez, Litri II, (1891-1958) su sobrino, y
la continuó Manuel Báez Fernández (1905-1926). Es después Miguel Báez Espuny, quien toma el testigo alcanza
altísimas cotas toreras en la historia. El maestro dejó en su continuidad
posterior a Miguel Báez Espínola, actual valedor de una magnífica
estirpe de hombres de luces.
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